LA GRAVEDAD tierra / aire

La palabra “desparpajo” aparece dos veces, “mierda”, tres...y eso que es una canción de amor.

El nexo “y” insiste hasta el cansancio del trocado en Mientras tanto

“Transmeridionalidad” y “autorreferencial” no son vocablos propicios para chacareras. Más, La bien flaquita emula un comportamiento y homenajea levemente a la cultura del Son Jarocho

En Dónde está aparece una pequeña cita de una obra de un compositor norteamericano, quien tampoco obtuvo respuesta. Seguimos buscando... El poema de la canción Huérfano pertenece al querido amigo y multifacético artista Mario Ramírez.

Miguel Abuelo compuso Mariposas de madera y abrió unos cuantos universos. Pedimos prestada esta canción e hicimos escabullir algunas de sus palabras. Sin su permiso, por supuesto, pero con un profundo respeto y admiración.

En La última carta que se quema se mezclaron aleatoriamente músicas de Ariel Ramírez y Gustavo Leguizamón; Enrique Villegas dejó al pasar algún que otro consejo o idea. Todo muy difícil de comprobar y de creer; pero cierto.

LA GRAVEDAD es un concepto, además de un grupo de música y amistad reunidxs en dos días intensos en el Estudio Doctor F, a fines del año 2019.

Marina Acosta vivió la experiencia de Los Capitales de la Arena y dejó impresa su hermosa voz ahí y en el poema Solamente la mitad de las cosas, del poeta paceño Jaime Sáenz. También jugó un poco con las vocales en La Transmeridionalidad, además de acompañar en el proceso de composición de muchas de estas músicas. Desde el amor hacia el amor, siempre.

Noelia Seguí dejó plasmadas sus radiantes voces radiales en Aire, Media sola y Solamente la mitad de las cosas, además de realizar algunas filmaciones precisas para el archivo de los preciosos recuerdos, que se sumarán a las miles de horas en el éter de Memoria de Elefantes

Fernando Basanta Finn encarnó a “Don Froilán” o “Don Segundo Mediasombra” en El ángel de las yungas y en La mucho más. Luego cantó con su propia voz en La piedra imán y en La gravedad. (También tocó charango en Los Capitales de la Arena)

Adriano Prandi cantó en La bien flaquita y en La gravedad. Además de estar siempre presente y corregir algún que otro texto. Lucero ya es una niña alta, y Luna Negra, un sentimiento.

Waldemar Garín se encargó de tocar el violín y una ocarina de arcilla que él mismo construyó, con sus hábiles manos de música. Donde escuchen algo así… es él.

Alejandro Larocca se ocupó de las percusiones y de las precisiones rítmicas. Latiendo siempre en las chacareras y en La gravedad. Todo lo que haga el Ale, vale.

Matías Peralta es una piedra fundacional en este concepto musical. Además de acompañar, escuchar, enseñar y ensayar; tocó la guitarra punteadora en todas las chacareras, en La gravedad y en Los cerezos la cereza. Un lujo y un honor

Martín Schober es el señor que tocó el bandoneón, y una especie de faro en lo que a composición respecta. Otro pilar importantísimo en el proceso de construcción de esta obra. Donde suene un fuelle sepan que es él. (también realizó algunas filmaciones del pasado hacia el futuro, e improvisó sobre el piano en "solamente la mitad de las cosas")

Matías De Brasi se encargó de todo en lo que al arte y al concepto visual respecta. Si de lujo se trata... ¿qué más querés?.

Florencio Justo (Dr F) aplicó su justo criterio sobre todas las perillas. Grabó, mezcló, masterizó y materializó esto que en algún momento parecía un delirio.

Mariano Sappia compuso, escribió, cantó y tocó guitarra, ronroco y piano, de principio a fin

Estas músicas están dedicadas a nuestras familias y a todas las personas que luchan por un mundo mejor

Hasta la vitrola siente.